jueves, 17 de enero de 2019

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Me encanta sentarme en mi escritorio cuando todavía no es de noche pero ya no es más de día. Me gusta estar sentada acá escuchando como mi viejo habla con mi vieja. Hoy no me molesta el ladrido del perro de al lado, que siempre me exaspera hasta sacarme. Estoy haciendo todo el esfuerzo por sentirme viva. Si yo pudiera explicar un poco como me sentía antes del 26 de julio de 2018, donde cambió toda la visión para mi, lo haría. Sentía todo con intensidad, vivo. No me cuestionaba si realmente estaba despierta, soñando, viva. Habré enloquecido? Me lo pregunto todo el tiempo.
Se me puso un filtro entre los ojos y la realidad. Hay pocas cosas que siento reales.

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