Me encanta sentarme en mi escritorio cuando todavía no es de
noche pero ya no es más de día. Me gusta estar sentada acá escuchando como mi
viejo habla con mi vieja. Hoy no me molesta el ladrido del perro de al lado,
que siempre me exaspera hasta sacarme. Estoy haciendo todo el esfuerzo por
sentirme viva. Si yo pudiera explicar un poco como me sentía antes del 26 de
julio de 2018, donde cambió toda la visión para mi, lo haría. Sentía todo con
intensidad, vivo. No me cuestionaba si realmente estaba despierta, soñando,
viva. Habré enloquecido? Me lo pregunto todo el tiempo.
Se me puso un filtro entre los ojos y la realidad. Hay pocas
cosas que siento reales.
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