lunes, 21 de enero de 2019

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Y si mañana me toca a mí? O peor, le toca a mis amigas? Y si por fin el machismo más crudo me toca de cerca? Porque si de estadísticas hablamos, en 3 semanas que lleva este año, tenemos a 9 compañeras menos entre nosotras. Me despierto con miedo, me acuesto con miedo. Camino con miedo, salgo a correr con miedo, espero el colectivo con miedo. Cuando tardan en abrirme la puerta en alguna casa tiemblo de miedo. Me da pánico el solo pensar que el día de mañana puedo caer en manos (si, como si fuera una mercancía) de estos hijos de la mierda. Terminar en un prostíbulo en Chaco, que me violen entre cinco.
Me revuelve el estómago y se me genera angustia en el pecho de solo pensar que un día sea mí cara la que esté en los carteles de una marcha. "Viva la queremos" y tal vez la cara de mí mejor amiga. "Se lo debemos a las que nunca volvieron" y tal vez mí novio levantando ese cartel. Se me caen las lágrimas pensando que puede ser mí vieja la que mañana salga hablando en el noticiero, o qué siquiera pueda hacerlo y sea mí viejo contando cómo estaba vestida la última vez que salí de casa.
Rabia de los pies a la cabeza siento cuando pienso en que alguien puede decir "seguro está putaneando por ahí, de joda con algún chonguito" "mira como se vestía" "y, con los horarios que andaba sola por la calle, qué esperas?".
Tengo miedo de no volver. Tengo miedo de pedir por alguna amiga. Tengo miedo.

jueves, 17 de enero de 2019

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Me encanta sentarme en mi escritorio cuando todavía no es de noche pero ya no es más de día. Me gusta estar sentada acá escuchando como mi viejo habla con mi vieja. Hoy no me molesta el ladrido del perro de al lado, que siempre me exaspera hasta sacarme. Estoy haciendo todo el esfuerzo por sentirme viva. Si yo pudiera explicar un poco como me sentía antes del 26 de julio de 2018, donde cambió toda la visión para mi, lo haría. Sentía todo con intensidad, vivo. No me cuestionaba si realmente estaba despierta, soñando, viva. Habré enloquecido? Me lo pregunto todo el tiempo.
Se me puso un filtro entre los ojos y la realidad. Hay pocas cosas que siento reales.